Resumen: | En la historia de la Medicina Peruana, es bien conocida la trascendencia del árbol de la quina, cuya infusión o polvos de la corteza brindaron efectos terapéuticos sin precedentes merituando su nombradía epónima durante el Virreynato. Realmente fue un aporte natural de la fertilidad de las tierras peruanas a la humanidad, por sus resultados benéficos contra una enfermedad febril desconocida, que dos siglos después se diagnosticaría como malaria o paludismo en la Medicina Intercontinental. La planta fue más tarde denominada por el naturista Carlos Linneo, como “Chinchona”, derivándola del patronímico virreynal, además de recibir otros apelativos como: polvos de la condesa, polvos de jesuitas, polvos del Cardenal Lugo, hasta que el progreso de la investigación farmacológica durante el Siglo XIX logró identificar el contenido del alcaloide quinina. Explicándose el efecto curativo específicamente sobre el paludismo. (AU)^iesThe importance of the quinine tree in Peruvian Medicine is well known. Infusion or dried bark particles had unprecedented terapeutic effects that were well recognized during the XVI century. It constituted a natural benefit of the fertility of our soil to humankind, resulting in beneficial effects against an unknown disease that had febrile course and that was diagnosed two centuries later as malaria or paludism by Modern Medicine. The plant was later called by Carlos Linneo as “Chinchona”, derived after the name of a Viceroy, also receiving other names such as Countess powders, Jesuit powders, Cardinal Lugo’s powders, until pharmacological 1 Ph.D., M.D., Facultad de Medicina Humana – Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima – Perú.research progress during the nineteen century identified the quinine alcaloid, explaining specifically the curative effect against malaria. (AU)^ien.
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