Resumen: | Introducción: La prevalencia de disfunción sexual es mayor en los pacientes con depresión que en la población general. Además la relación entre depresión y disfunción sexual parece ser bidireccional, en el sentido que la presencia de una de ellas puede desencadenar o exacerbar la otra, y el tratamiento de una puede mejorar la otra. Por otro lado, el deseo y el funcionamiento sexual se pueden ver afectados por los efectos secundarios de los fármacos antidepresivos. Métodos: A 50 pacientes deprimidos (según criterios CIE-10 de episodio depresivo o trastorno depresivo recurrente) con una vida sexual activa, se les administró en una visita basal y a los 3 meses la Escala de Depresión de Hamilton (HDRS), la Impresión Clínica Global (ICG) y el Inventario de Motivación y Energía (MEI). Además, cumplimentan en ambas ocasiones la Escala visual analógica de satisfacción con el funcionamiento sexual (VAS-SFS). Resultados: En la visita basal, el 52% de las mujeres y el 63% de los hombres cumplían criterios DSM IV-TR de alguna disfunción sexual siendo la más frecuente el trastorno orgásmico en ambos sexos. En la misma visita las puntuaciones media de la HDRS, MEI e ICG fueron 24,3, 46,4 y 4,2, respectivamente. En la evaluación a los 3 meses, 35% de las mujeres y 37% de los hombres reunieron criterios para alguna disfunción sexual, siendo las puntuaciones media de la HDRS, MEI e ICG de 11,3, 76,5 y 3, respectivamente. Conclusiones: La prevalencia de disfunción sexual en pacientes deprimidos es muy alta; por lo tanto, su exploración debe ser parte obligada en la evaluación de estos pacientes. Además, se observa que cuando los síntomas depresivos mejoran hay una reducción de los problemas de función sexual. (AU)^iesIntroduction: The occurrence of sexual dysfunction is consistently higher in patients with depression than in the general population. The relationship between sexual dysfunction and depression seems to be bidirectional, that is, that the presence of either one of these conditions may trigger or exacerbate the other, and the treatment of one condition may improve the other. On the other hand, decreased sexual interest and function both occur as a consequence of antidepressant medication use. Method: Fifty depressed patients (ICD-10 criteria for depressive episode or recurrent depressive disorder) with an active sex life were assessed at baseline and at 3 months using the Hamilton Depression Rating Scale (HDRS), the Clinical Global Impression Scale (CGI) and the Motivation and Energy Inventory (MEI). Moreover, all of them were given on both occasions the Visual Analogue Scale for Sexual Functioning Satisfaction (VAS-SFS). Results: At baseline 52% of the women and 63% of the men reported some sexual dysfunction according to DSM IV-TR criteria. The most frequently reported sexual problem was orgasmic disorder, both by men and women. At the same time the HDRS, MEI and CGI average were 24.3, 46.4 and 4.2, respectively. At the 3-month follow-up, 35% of women and 37% of men reported some sexual dysfunction, with HDRS, MEI and CGI average scores of 11.3, 76.5 and 3, respectively. Conclusions: The prevalence of sexual dysfunction among depressed patients is very high; therefore its exploration should be included in the evaluation of these patients. It was also confirmed that when the depressive symptoms improve, sexual function problems are also reduced. (AU)^ien.
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