Resumen: | Los estudios epidemiológicos y experimentales han revelado que beber vino en forma moderada, particularmente el vino tinto, atenúa el riesgo de enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, y Enfermedad vascular periférica. Sin embargo, la base experimental para tales hechos no se entiende completamente. El efecto cardioprotector del vino se ha atribuido a ambos componentes del vino; al alcohol y a la porción sin alcohol que contiene los antioxidantes, como es el resveratrol, catequina, epicatequina y protoancianidinas. El Resveratrol se encuentra principalmente en la cáscara de la uva mientras que las protoancianidinas se encuentran solamente en las semillas. Los estudios recientes han demostrado que el resveratrol y la protoancianidina son compuestos principales presentes en uvas y vinos que son responsables del efecto cardioprotector. Además debemos mencionar que este efecto cardioprotector también se debe al incremento de las lipoproteínas de alta densidad (HDL-C) que es causada por el consumo de alcohol. El propósito de esta revisión es proporcionar evidencia de que la uva y los vinos, son importantes en la reducción del riesgo de morbi-mortalidad cardiovascular y cerebral. (AU) ^ies.
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