Resumen: | Cuando se aborda la problemática referente a la Psicología de la Marginalidad observamos que resulta ligada a dos situaciones fundamentales, que son: la pobreza y la discriminación. El primer aspecto implica una situación económica bastante limitada, cuya repercusión determina la incapacidad para satisfacer las necesidades elementales, como la subsistencia, que de hecho compromete la posibilidad de desarrollo de las personas. El segundo aspecto, que viene como consecuencia automática, se pone de manifiesto por parte de la sociedad, la cual estructurada en función a patrones y actitudes negativas, da un tratamiento desigual a los individuos considerados como un grupo humano especial, y por tanto, además del rechazo, le niega posibilidades de integración, contrariamente a motivarles, siempre en función a una diversidad de prejuicios. De hecho, nuestra profesión se encuentra ante un reto de grandes dimensiones, que implica un compromiso e identificación con la gente que sufre, que va más allá de la atención en el consultorio, sino que implica una labor de proyección social, en comunión con las diversas instituciones que se encuentran involucradas en esta problemática social, cuya base siempre estará ligada a las actitudes de cada uno de nosotros. (AU)^iesWhen the problematic of the Marginality Psychology is approached we observe that it is related to two fundamental situations, which are: poverty and discrimination. The first aspect implies an economic situation very limited, whose repercussion determines the inability to satisfy the elemental needs like subsistence, that affects the possibility of people development. The second aspect, that comes like an automatic consequence, is shown on the society whose structure in function to patterns and negative attitudes, gives an unequal treatment to the people considered like a special human group and in addition the rejection, it is denied for them the integration possibilities, contrary to motivate them, always in function to a diversity of prejudices. In fact, our profession is facing a challenge with great dimensions, which implies commitment and identification with the people who suffer, that goes beyond the consultory attention but that implies a work of social projection, along with the institutions involved in this social problematic, whose base will be always bound to the attitudes of each one of us. (AU)^ien.
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