Resumen: | Las onicomicosis tricofíticas de los pies representan un importante y serio problema médico. Hasta años recientes, no se contaba con una terapia que ofreciera curación para esta desagradable patología. Recién a partir de los años 50, sobre todo con el advenimiento de la terapia sistémica antimicótica, se puede ofrecer un elevado porcentaje de curaciones clínico-micológicas. Con el propósito de contribuir al mejor conocimiento de los efectos indeseables de estos agentes antimicóticos, actualmente tan difundidos, presentamos el caso de una paciente joven y gozando de buena salud que, 6 semanas después de iniciada la terapia con terbinafina oral a dosis terapéuticas, 1 comprimido de 250 mg por día, para tratar una onicomicosis tricofítica universal de ambos pies, desarrolló un cuadro sintomático severo de hepatitis tóxica colestásica, comprobado por las pruebas pertinentes, que, afortunadamente, remitió hasta su recuperación, varios meses después de interrumpida la terapia, sin dejar, aparentemente, secuelas. Se revisa la literatura al respecto y se llama la atención de la necesidad de controlar previamente y durante el tratamiento con esta droga la función hepática y se señala la necesidad de continuar con las investigaciones hasta el hallazgo de un antimicótico ideal, todavía no logrado. (AU)^iesTrichophytic onychomycosis of the feet represents an important and serious medical problem. Until recent years, there was not cure for this unpleasant pathology. It is only at the beginning ofthe 50s, especially at the onset of the antimycotic systemic therapy that a cure is available offering high rate of clinical and mycological therapy. The purpose of this report is to better inform on the undesirable side-effects of antimycotic agents which are currently so largely disseminated. The case of a young patient is presented who was enjoying good health and who after 6 weeks of starting therapy with terbinafine on a dosis of 1 pill of 250 mg a day, to treat a trichophytic onychomycosis in both feet, developed severe symptoms of toxic colostatic hepatitis duly corroborated after pertinent testing. Patient had a full recovery after a few months of having interrupted her therapy, apparently without any sequel. The literature in this regard has been revised and a close monitoring of the hepatic function isrecommended prior and during treatment with this drug. The need to continue research to find an ideal antimycotic still not found is also recommended. (AU)^ien.
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